Thursday, March 21, 2013

Un paseo en el Mercado de Bazurto

Blog #1

Introducción

Ultimamente he estado pensando en comenzar un blog. Antes solía escribir mucho más, así que me preguntaba si valiera la pena abrir un blog “verdadero”, pero en estos días he tenido unos estímulos muy chéveres para escribir. Enseño dos cursos de inglés avanzado para futuros docentes de inglés en Cartagena, Colombia, y nosotros trabajamos fuertemente en nuestras destrezas de escribir. Digo “nosotros” porque a menudo cumplo la misma tarea que ellos sólo para ver qué tan factible es. Y últimamente mi gente de 9º semestre (último año), quienes también fueron mis estudiantes en 6º semestre, han estado practicando dar clases en nuestro curso. Uno de ellos tuvo la brillante idea de poner a todo el mundo (a las 7 de la mañana) a escribir un poema en cierto estilo o a expresar cierta época literaria en poesía. Me he divertido muchísimo con ellos y me he convencido que mis pequeños poemas tontos valen la pena leer.
Oh, no pienso en mí misma como poeta: domino mucho más la prosa. Mis poemas son más un poco graciosos, a veces cursi, divertidos, pero eso soy yo. Expresan mis pensamientos, MI corazón. Y si deseas entrar en mi cabeza y en mi corazón, estás invitado.
A propósito, debo decir que mi hija, la Mujer Mar, me ha inspirado a tomar mi plumero y ser una “hábil escritora” nuevamente, como es ella ahora, a los 19 años, una escritora mucho mejor que yo jamás he sido. Ni yo siempre entiendo sus obras, pero las amo. Cada profesor debe esforzarse para producir estudiantes que le superan, y ella ciertamente lo ha hecho. No que yo le enseñé a escribir – Dios hizo eso. Siempre ha escrito, desde que escasamente pudo formar letras. Pero yo sí le enseñé a leer, y si quieres ser un buen escritor, debes ser un buen lector. Gracias, mi amor, por animarme!

El Blog:  Un paseo en el Mercado de Bazurto
No tengo idea qué tan largo va a ser esto. Sí me gusta escribir para que otros lean, así que intentaré darle un largo “razonable”, sea lo que sea eso. Este es el primero, así que sé misericordioso.
Hoy volví a uno de los mejores lugares en todo Cartagena para experimentar una inmersión total cultural, el mercado de Bazurto. Oh, he ido muchas veces con mi esposo, Norman el super-comprador (el mejor regateador del mundo), pero normalmente espero en el carro. Tienes que entender que el único lugar para estacionar en este mercado tradicional al aire libre es allá en la “carretera” destapada que serpentea a través del mercado, entre camiones y jeeps y cajas vacías, y especialmente entre la basura en proceso de descomposición. Cuando ya no puedo aguantar más el calor, me siento en el carro con el aire acondicionado puesto y leo, o hago siestecilla “de gatico”. Claro que no hago siesta como nuestra gata, que le gusta dormir debajo de una mesa o, mejor aún, encima de una, pero ése es el modismo en inglés. En todo caso, Norman en general ha preferido mercar solo como yo le atraso. Es mucho más alto que yo y su zancada es por eso mucho más larga que la mía. Pero hoy sugirió que le acompañara. Nos encanta hacer diligencias juntos, aun sea para ir a pagar los impuestos juntos o cuando yo le llevo al oftalmólogo, como hoy, a las 6:30 a.m. en mi día libre, y luego comemos una arepa rellena de pollo en el supermercado Olímpica. (Comí la mía con un café con leche, gracias.)  Ya te diste cuenta que escribo en mi propia version de monólogo interior? Claro que no preparo los bosquejos para mis clases así, pero éste es MI mente que estás explorando, recuérdalo.
Bueno, así que dejamos el carro entre las cajas y los camiones, puesto el alarma por supuesto, y troté detrás de Norman mientras literalmente zigzagueaba entre los pasillos angostos llenos de frutas, verduras, basura, quioscos de almuerzos (era mediodía – cocinan todo el día allí), basura, vísceras, maíz y yuca recién molidos, fríjoles; ni mencionar toda clase de ropa, cosas de hogar, nueces y frutas secas, pilas de papas y piñas, calabazas y cañafístula – dije basura? – etc.
Ya mencioné los olores?  Ah, la dulzura de las frutas – piñas, papayas, mangos, nísperos y zapotes (éstos no existen en USA).En otro área el olor de pescado – pescado crudo, pescado salado, pescado ahumado, pescado bien muerto, pescado sancochado, pescado frito, y sopa de pescado… los pelícanos que congregan por el canal son muy saludables…no olvidemos el efluvio de la basura…serpenteamos por unos pasillos vacíos que sólo hedían a desechos humanos. Se me ocurrió que estábamos en un espacio ideal para ser atracados. Esto me hizo admirar más a mi esposo valiente por afrontar estos pasajes oscuros…el único lugar que estoy agradecida por no visitar hoy fue el mercado de carnes donde puedes encontrar  todo lo que necesitas desde espinazo para sopa a lomo fino, y cualquier corte de carne de res, pollo, carnero, cordero o cerdo. En Colombia no comemos a sabiendas carne de perro, gato o caballo. Lo que sea…El hedor en esa parte del Mercado es suficiente para revolver el estómago hasta del gringo naturalizado más aclimatado. Sólo entré allí una vez. Una vez fue demasiado. Y sí, me gusta la sopa de espinazo de vaca. O tal vez sea cola de cerdo. Lo que sí sé es que solía arreglar el cabello de Mujer Mar en colitas cuando era pequeña. Sea como fuere,  existen pocos platos que no comeré en Colombia:  riñones, morcilla y viuda de pescado. El último es más un estofado de pescado y, además del pescado, contiene papas, plátano maduro (que no me gusta en ninguna sopa, sobre todo cuando saben a pescado) y yuca. Sólo la probé una vez, y me dicen que no fue bien hecho, pero lo odié y ni siquiera mi dulce suegra puede convencerme a comerlo ahora. Cada vez que viene y comemos pescado me pregunta si lo voy a hacer “en viuda”, y le tengo que recordar que no como éso, por si acaso intenta servírmelo en su casa algún día. Hace mucho pasé el punto de comer algo – cuando entre la familia – sólo para no ofender. Si llegue algún día a la selva y me sirven mico, tendré que ser más diplomática. Que Dios me ayude si me sirven la cabeza!
Sí, Bazurto es una experiencia cultural total. Se ahorra una cantidad de dinero mercando allí, pues se evita los intermediaries y los precios de las grandes cadenas de supermercados, y simplemente se tolera las partes horrorosas. Es verdad que un mercado como ése no existiría hoy día en USA por las leyes del depto. de la salud, pero éste no es USA. (No creo que ni el mercado Fulton de pescado en Nueva York era tan amenazador de la salud como es Bazurto.) Y Bazurto no es para todos. Si eres fastidioso o crees que lo hacen mejor en USA porque lo hacen “más limpio”, no lo has entendido. Aprendí hace mucho tiempo – y llevo 26+ años aquí – que “diferente” no es “mejor”. Esto ha hecho que sea mucho más fácil acostumbrarme a vivir en una cultura “extranjera” o “diferente”, y me ha ayudado a evitar quejarme de mi país adoptado (no que no nos quejamos de muchas cosas, de todas formas), o más importante, de criticarlo por no ser igual que la tierra de mi niñez. Extraño a los Estados Unidos? A veces. Colombia ahora es mi vida. Lo ha sido por muchos años. Después de volver a Bazurto hoy, experimentar todos los intensos colores, vistas, sonidos y olores – y comer sopa de pescado con Norman – tuve que preguntarme si realmente podría vivir en otro lugar. Tal vez otra parte de Colombia, pero abandonar este país que me adoptó sería muy difícil.

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